Porque las cooperativas escolares son uno de los caminos más efectivos para iniciar al ser humano por los senderos del cooperativismo. La creación de estas organizaciones dentro de los establecimientos educacionales, posibilita que los niños y adolescentes comiencen a tomar conciencia de la importancia del trabajo en común, de la solidaridad, del esfuerzo propio y la ayuda mutua, preceptos que constituyen los pilares fundamentales de la acción cooperativa.

​

La actividad cooperativa en nuestro colegio convoca al ejercicio pleno del diálogo creativo acompañando a nuestros alumnos en una integración social exitosa. Favorece el desarrollo del sentido común y posibilita mayores alcances hacia una solidaridad responsable.

La práctica del cooperativismo escolar beneficia tanto a alumnos como a sus familias ajustándose a las realidades cotidianas generando comportamientos de cambio y adaptabilidad, exigencias primordiales para la consolidación de todo grupo social.